Por: Yris Neida Cuevas
Me resulta muy difícil aceptar la famosa frase "Los pueblos tienen los gobiernos que merecen" pero cuando veo la actitud conformista y en cierto modo aduladora de la mayoría de dominicanos y dominicanas me parece adaptable la frase que se atribuye tanto a Moura, político español conservador del siglo 19, como a Unamuno.
-Se que se me van las "S" pero yo las retomo-
esta frase la dijo un político aspirante a una importante senaduría, cuyo nombre no vale la pena mencionar porque existen muchos como este que buscan representarnos en el Congreso Nacional, ahí donde se aprueban las leyes y normas que rigen la nación.
Este "político" al menos tiene la facilidad de retomar sus "S" cuando se le escapan de su pobre y escaso léxico, que mediante el cual se dirige al séquito iluso que movido por el infructuoso fanatismo político, aplaude, celebra y considera insignificante la escasez o abundancia de "S" en el discurso a través del cual busca convencer de que puede ser la mejor representación congresual.
Y realmente puede que si sea insignificante ese desliz y sencillamente lo tomamos como ejemplo gráfico para describir un poco la calidad de políticos o miembros de organizaciones políticas que buscan cargos en el Congreso, las alcaldías de los diferentes municipios o de cualquier otra índole, pero que no tienen la más mínima idea o conocimiento del cargo que pretenden ocupar.
Si bien es cierto, cada ciudadano o ciudadana conforme lo establece nuestra Constitución, tiene derecho a elegir y ser elegido, no menos cierto es que hace falta políticos con mejor preparación y capacidades.
No se concibe, por ejemplo a un aspirante a la alcaldía de una ciudad que no tenga conocimientos claros de urbanismo, organización territorial, medio ambiente, etc, como tampoco postulantes a una diputación o senaduría que carezca de los cocimientos generales de derecho y temas afines y no necesariamente debe ser un especialista, pero en la reciente reforma a la Constitución quedó evidenciado que la mayoría de los legisladores sólo sabe levantar la mano y cobrar un suelto bastante alto por cierto para aprobar un proyecto de Ley, que la generalidad de la veces no ha leído.
Un buen político requiere además de credibilidad y empatía, conocimientos de las áreas que pretende dirigir, aquí nos hemos acostumbrado a elegir a una persona por su condición económica y por el grado de "generosidad" económica que esta persona haya tenido para con sus conciudadanos.
Generalmente las leyes y normas de las empresas e instituciones dominicanas establecen ciertas reglas para ocupar un cargo de dirección,cuando uno va a aptar por algún empleo principalmente un cargo de dirección, se exige preparación en el cargo, como postgrados, maestrías y hasta doctorado en ciertos casos, sin embargo para alguien que tiene la responsabilidad de la administración local en el caso del los ayuntamientos y quienes tienen la responsabilidad de proponer y aprobar las leyes y normas que deben regir a al país acorde con su constitución y los tratados internacionales, apenas se le exige mayoría de edad y otros requisitos mínimos.
Y
lo que sucede después ya todos los sabemos, el manejo inadecuado de recursos, una ciudad desorganizada, falta de planeamiento urbano, uso inadecuado del espacio físico territorial, ciudadanos, falta de proyectos y normas para manejo de desechos sólidos, en fin un caos, de hecho nuestras ciudades en su mayoría son un vertedero, pero cada una cuenta con un alcalde o gobierno municipal.
Y en el Congreso ni se diga, representantes que nunca han levantado la mano para proponer un proyecto de ley que beneficie a la comunidad que representa, proyectos de vital importancia para el desarrollo político social y económico que varios años engabetados y por supuesto, el gasto de recursos sin ningún control.
Pero, son estos los políticos y representantes que nos merecemos?- a caso no estamos en condición de cambiar de actitud y elegir a nuestros representantes con un criterio diferente.
Tal vez a los ciudadanos dominicanos nos falta aprender mucho y entender que los funcionarios y gobernantes son simples administradores de la cosa pública, que están obligados a administrar con pulcritud y transparencia los recursos del Estado.
Estos son "empleados" a los cuales los ciudadanos y ciudadanas pagamos el sueldo y que de hecho perciben un salario superior al buen desenvolvimiento de su cargo. Reflexiones a la hora d elegir. Somos merecedores de una mejor representación.
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