Traficar con la tragedia haitiana

Por: Yris Neida Cuevas 

El tráfico de niños y niñas es una práctica cruel e inhumana: estos pueden ser víctimas entre otras cosas del trafico de órganos humanos

Sin duda alguna que la maldad no tiene límites, parece casi imposible pensar que personas desaprensivas y sin escrúpulos quieran aprovechar la tragedia que ha afectado a Haití o mejor dicho "el desastre que ha agravado la tragedia haitiana", para poner en práctica acciones malsanas.

Que grupos de vándalos cometan acciones propias de su naturaleza ante ésta situación, como saqueos y robos  y que comerciantes sin conciencia aprovechen para especular con los productos, es ya bastante reprochable, pero hasta cierto punto se puede pasar.

Ahora bien, que se pretendía utilizar la tragedia ocurrida en Haití a raíz del terremoto del 12 de Enero de 2010, para traficar niños y niñas quien sabe con que fines, que por la forma podemos deducir que no son los más humanos, eso es imperdonable y merece la más exhaustiva investigación y condena de los culpables.  

Ya lo habían advertido en el país representantes de UNICEF  y no se le prestó mucha atención, el gobierno haitiano ya debe comenzar a actuar como tal y emprender acciones a poner las cosas en su lugar, las autoridades dominicanas deben iniciar una profunda investigación porque con la  rapidez para ayudar a los afectados, se permitió mucha libertad por la frontera y quién sabe cuantos niños más hayan pasado en condiciones similares a los 33 que un grupo de “norteamericanos” pretendía pasar, incluso amparándose en supuestos permisos de las autoridades dominicanas.

En los primeros días de la tragedia haitiana cualquiera podía pasar por la frontera con toda libertad y quien duda que mucha gente de mente podrida no haya aprovechado para hacer miles de diabluras, quién sabe cuantos niños y niñas haitianos fueron sacados de su país y están en manos criminales con fines oscuros.

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Todo el que quiere y tiene la buena intención de adoptar o proteger a uno de esas niñas o niños, lo hará por la vía legal, rara vez el que actúa a la luz de la legalidad tiene  malas intenciones, por lo que éste y otros  grupos que están traficando con los menores haitianos, muchos de ellos que quedaron “huérfanos” con el terremoto  y otros que aún teniendo sus padres vivos su situación es incierta todavía,  podemos deducir que no tienen buena fe.

Es urgente, que tanto las autoridades haitianas como dominicanas, se pongan de acuerdo para investigar la situación y rastrear cualquier evidencia de que otros niños y niñas están ya en manos de esos grupos criminales.

Las autoridades deben en lo inmediato poner impedimento de salida a cualquier persona que pretenda viajar con menores haitianos, así también investigar en los diferentes refugios y hoteles, porque se ha denunciado de hoteles en la capital dominicana donde estarían hospedando a menores haitianos.

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El tráfico de niños y niñas es una práctica cruel e inhumana: estos pueden ser víctimas entre otras cosas del trafico de  órganos humanos.

Estos menores podrían correr una suerte fatal,  ante una situación como ésta es fácil traficar con niños y niñas, las autoridades haitianas aún están desconcertadas por el desastre, muchos de estos menores han perdido a sus familias e incluso algunos antes de la tragedia ya deambulaban por las calles del empobrecido país. En esas condiciones, sin registro, sin  un tutor o simplemente con un grupo de delincuentes disfrazados de humanitarios, cualquier cosa pude pasar, además se suma que en muchos casos los propios padres o familiares ante la desesperación entregan ellos mismos a los niños, unos engañados por falsas promesas y otros movidos por algo de dinero.

Es una situación  difícil, pro que no se puede ir de las manos.   Por sobre todas las cosas hay que proteger los derechos de los niños y niñas, que en este momento son los seres más vulnerables de la tragedia haitiana.  

Una vez estos  grupos logren sacar a los niños y niñas pueden venderlos como “esclavos y esclavas” y no le sorprenda a nadie porque todavía  existe la practica esclavista en muchos lugares del mundo, pueden ser utilizados como “mulas”, explotados sexualmente y peor aún pueden ser victimas del trafico de “órganos” humanos.

Sería muy cruel que estos menores tengan que pasar por situaciones como éstas luego de salir ilesos físicamente del desastre ocurrido en su país.   

Por eso insisto, hay que iniciar una investigación profunda, las autoridades dominicanas están obligadas sobre todo a reforzar la frontera y a aclarar cualquier   participación  de dominicanos y dominicanas en éste hecho, porque si bien es cierto que el país ha brindado gran ayuda a Haití, no menos cierto es que muchos sectores están atentos a cualquier metida de patas para caerle encima a República Dominicana.

Por un lado el país  ha hecho una  gran y desinteresada labor humanitaria con los hermanos haitianos, pero por otro, servir de puente para canalizar la ayuda y estar pendiente del bienestar de esos vecinos, genera una responsabilidad doble, el simple hecho de que muchos erróneamente creen que la solución al problema haitiano  está en República Dominicana,  hace al país más vulnerable a las críticas y los ataques, por eso  es necesario cuidarse de meter la pata y deshacer el buen trabajo realizado.   

Ojo con eso de permitir  traficar con la desgracia haitiana.  

Fotos tomadas de:
http://suenosdeleste.blogspot.com
www.elmundo.es/elmundo/2008/06/20/solidaridad/1213960136.html
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