Una simple mirada me basta
para descubrir que has envuelto en otros
cuerpos la insaciable pasión que guardan
tus labios.
Fuente: Internet |
Que gozaste la
esencia del dulce esplendor que encierra el pecado
Que llenaste de lujuria sábanas frías y marchitadas, dejando para mí
solo migajas.
“Migajas” que surcan mi cuerpo impotente, pero ávido de pasión, que dejan huellas
incurables y deseosas de alcanzar el divino y libidinoso néctar de tu piel.
Migajas que incitan la ruta incansable al deleite del sabor de tu
ser, pero que deja esperando la magia infinita de lograr el placer anhelado.
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