Por: Elías
Tejada
El autor es
coordinador del Clúster de Alcohol
Elias Tejada |
Los dependientes
del juego y otras adiciones se han refugiado en el clerén, además de alcohol legal,
a esto se une la marginalidad y el escapismo a falta de loto, casinos y un sin número
de loterías que pululan en el país, sin ningún control.
Sus grupos
de apoyo cerrados o en distanciamiento y esto no lo asimila el cerebro del
adicto que lo menos le importa morir.
El doble encierro, el de la casa pequeña y la
escasez de recursos y el del coronavirus, son elementos que se convierten en tentación
para el único recurso que tienen a mano, fácil de conseguir y a bajo precio, el
clerén y cualquier otra bebida que cumpla esas condiciones de accesibilidad que
elevan el número de muertes en los consumidores que desconocen u omiten el
interés de saber los componentes de dichas bebidas y el impacto a su salud.
La ludópata, es otra de las problemáticas que tienen el país y que ataca
a aquellos que se convierten en pescadores de sueños y ven en una lotería la
esperanza de conseguir dinero. Definida por la Organización Anomérica de la
Salud OPS. como un “trastorno caracterizado por la presencia
de frecuentes y reiterados episodios de participación en juego de apuestas,
este tipo de adicción no solo merma las capacidades económicas del individuo,
sino también que domina la vida del/la enfermo/a en perjuicio de sus valores y
obligaciones sociales, laborales, materiales y familiares.
Ludopatía y clerén son dos agentes, que han
desbordado nuestro entramado social, y han podido ser visto, por el número de muertes,
antes eran notorios en Navidad, Semana Santa, cuando se contabilizan en las
estadísticas el COE, de nuevo, ahora estos dos meses han puesto en evidencia
que esta población de consumidores crece cada día, pero al parecer se escondía detrás
de los bebedores del alcohol legal.
Más de 200 muertes, ha dejado el clerén y sus derivados o similares:
Triculi, Tafia, Tapa Floja, Pitirinchi, bebidas alcohólicas que se obtienen de
la maleza del azúcar de caña, pero con un elemento agregado, el Metanol, sustancia
altamente toxica, representan otra epidemia cuya competencia con la COVID-19 salta
a la vista. Son bebidas elaboradas de forma ilegal, por nacionales haitianos,
pero también dominicanos y que encuentra un fácil mercado en la extrema pobreza
y la ignorancia.
Clerén y juego,
este último no tan visible en los titulares de los medios de comunicación, es
un creador de miseria y hogares diezmados, mas, aunque no es un tema visible en
la sociedad, salvo cuando hay suicidios y violencia familiar.
Sin embargo,
son dos gravísimos problemas de salud pública, que ahora han dicho presente,
pero que no debemos dejar que pasen inadvertidos ante el rubor mediático por
los estragos de la COVID-19.
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